El segundo Tour. Sábado 20 de septiembre de 2014.
Incluso antes de empezar a escribir este texto me encuentro en un dilema: ¿Cómo registro acciones que son similares, pero a su vez distintas? ¿Debería únicamente documentar la primera o cada reactivación? ¿Abordo distintos aspectos en cada una? ¿Convendría hacerlo a manera de diario? ¿Importa o no si queda rastro físico de la acción? ¿Cómo dejo rastro de la interacción, que a fin de cuentas es lo que me interesa de una pieza como esta que juega con el archivo a partir del repertorio?
Esta segunda versión de El Tour fue muy diferente a la primera. De entrada, como el nuestro es un archivo vivo, invariablemente hay nuevos materiales ya sea porque acaban de llegar o porque aparecen de repente dentro de este hoyo negro que se traga todo. Como éste es un ejercicio de improvisación en un terreno conocido sobre el que he trazado una ruta general pero siempre estoy abierta a las desviaciones que el momento amerite, el resultado siempre es cambiante.
Por otro lado, el público fue muy distinto y ellos son el 80% de la ecuación. La invitación para este segundo Tour fue a través de Facebook y conocía bien a la mayoría de los que se apuntaron, entre ellos Gabriela Olivo de Alba, Víctor Noxpango, Karen Cordero, María Rodríguez, Karen Cordero, María Eugenia Chellet y Mónica Gabriela Gutiérrez. Pero también llegaron algunas chavas que no conocía, como Cristal Alba y Selma Selma (Laura). A ésta última nunca le pregunté su nombre oficial, así es que usaré el de FB. Como lo había planeado, el grupo era más reducido para que todos pudieran ver bien porque en el primer Tour estaban bastante apretados y, en este caso, era muy variado en cuanto a las edades de los asistentes, pero la mayoría eran artistas o historiadoras. No sé si me sentí más relajada porque me sabía entre amigas o simplemente estoy agarrando más callo.
Un aspecto muy diferente entre este segundo Tour es que lo documentó mi hija Yuruen Lerma que es muy buena fotógrafa y siempre capta aspectos de mis piezas que me sorprenden por lo que en esta ocasión, en lugar de relatar el recorrido, simplemente comparto sus imágenes para que ellas cuenten la historia y agrego algunos detalles que variaron.
La primera parada
Cada vez que leo la historia de Cecilia se me quiebra la voz.
La segunda parada
En esta ocasión compartí un número reciente de Excélsior en el que nombran a Polvo de Gallina Negra como uno de los 5 más influyentes en México.
La tercera parada
La cuarta parada
Esta vez incluí más objetos de la casa que tienen que ver con la maternidad. Estuvo bien en cuanto al uso del tiempo mientras los participantes leían el texto de Elena Poniatowska, pero a la hora de levantar el tiradero me tardé mucho.
La quinta parada
La sorpresa
En esta ocasión invité a las participantes a escoger el documento que quisieran para platicarles –si me acordaba- de qué se trataba. Lo primero que seleccionaron fue un pequeño catálogo de arte correo setentero de una muestra a la que seguramente enviamos obra Víctor y yo, aunque en ese momento solamente encontré el nombre de nuestra amiga Rosalba Huerta.
Lo segundo fue un paquete que contiene las notas que tomó Víctor de cuando vivíamos en Los Ángeles y el trabajaba como interprete para casos médicos y legales. Guardó esas notas pensando que algún día las utilizaría en una obra, aunque esto no sucedió. Están en un pequeño sobre en el closet en el que guardamos obra y documentación.
La chorcha
La chorcha estuvo muy sabrosa. Como buenos colegas, me dieron bastante retroalimentación, consejos, críticas y sugerencias. Hablamos sobre los distintos niveles de lo que se muestra, lo que simplemente se insinúa y lo que queda oculto y hasta dónde el performance acaba siendo como una vitrina de museo porque los participantes no se acercan realmente a los documentos. También platicamos de las colecciones de objetos, de la forma azaroza en la que llegan, y por ende de los límites del archivo dentro de su ambiente doméstico: ¿Los objetos son parte del archivo o sólo los documentos?
Mónica Mayer, 2014.
