Foto oficial de la Trienal

El Tendedero de Aichi también podría llamarse el Tendedero Mutante. Esta activación de mi pieza original de 1978 respondió a su contexto, transformándose a lo largo de su presentación y reverberando posteriormente, por lo pronto, por más de un año.

Si bien en El Tendedero del MUAC  creció muchísimo, lo cual llevó a ampliar su estructura original, El Tendedero de Aichi cambió de contenido. Les voy contando la larga, muy larga historia, salpicada por experiencias de censura y pandemias, pero también por la inesperada creación de una red de afectos y complicidades.

El 7 de agosto de 2018 recibí un correo electrónico de Pedro Reyes informándome que era uno de los curadores de la Trienal de Aichi que se llevaría a cabo en Nagoya, Japón en verano de 2019 y que les interesaba la posibilidad de hacer una nueva versión de El Tendedero ya que el tema del acoso en este país es “recurrente y a la vez silenciado”. En esta ocasión la trienal fue dirigida por el periodista TSUDA Daisuke y llevó el sugerente título Taming Y/Our Passion. Le comenté que no sabía si la pieza funcionaría en el contexto de una bienal ya que requería de trabajo con la comunidad, pero que le agradecía la invitación y que platicáramos para ver si era posible hacerlo.  

La invitación me dio entre mieditis y emoción, en ambos casos por lo mismo: es un contexto completamente diferente al mío, en el que la privacidad es factor fundamental. En México, cuando me paro en cualquier esquina con El Tendedero, la gente se acerca, pregunta y casi siempre participa. Somos metiches y comunicativos. En Japón ni siquiera estaba segura si la gente respondería a las preguntas de El Tendedero dentro del museo y el espacio público está muy controlado.

Al empezar a rebotar ideas con el equipo curatorial de la Trienal, que conoce bien a sus públicos, sugirieron poner una caja para quien no quisiera colgar su respuesta directamente en la instalación y diseñar un Tendedero un poco más laberíntico para crear espacios íntimos que resguardaran la privacidad de quienes escribían.

También me preocupaba dar el taller ya que, por cuestiones de idioma, la traducción simultánea resulta muy cansado: todo es más lento y se pierde el ritmo. Pero me ganó la curiosidad y acepté presentar mi obra en la trienal.

Me fui a Japón a finales de julio de 2019 para dar conocer el espacio, impartir un taller de una semana y participar en una velada que incluyó presentar una ponencia y participar en un panel con artistas y académicas. Para mí, este tipo de actividades son fundamentales para que El Tendedero reverbere. De hecho, a estas alturas considero que el éxito de la pieza no es cuántas personas responden a las preguntas, sino la capacidad que tiene para replicarse posteriormente, y esto, en mi experiencia, tiene que ver con los cimientos que logramos construir antes de que se monte la instalación del objeto tendedero.

Como mencioné al principio de mi conferencia en Nagoya, para mí, la cultura japonesa es muy significativa porque cuando era niña mi mamá se enamoró de todo lo japonés y decidió estudiar el idioma. Empezó a tomar clases en el club Japones, con Hirasawa Sensei y, mientras ella estudiaba, yo tomaba clases de baile japonés.

En esta foto de 1961 aparezco del lado derecho en una presentación de la escuela en el Club Japonés.

Mi primera presentación en un escenario profesional fue 8 y 9 de marzo 1962 en el Palacio de Bellas Artes, en una breve participación que tuvimos las alumnas de danza clásica japonesa Nipón Buyo. Japón siempre ha estado en mi corazón.

Llegué a Nagoya el viernes 21 de junio y el sábado fui al Museo de Arte de la Ciudad de Nagoya, el espacio en donde se presentaría El Tendedero. Me llevaron Shihoko Lida, curadora en jefe de la Trienal cuyo trabajo a lo largo de la compleja experiencia de todas las vicisitudes del evento siempre fue impecable en lo artístico, en lo humano y en lo ético, así como con Akane Miki, asistente de curaduría quien amablemente se encargó de mi proyecto y de apoyarme en todo lo que necesitaba.

Ahí, entre otras personas, nos reunimos con Joe Takeba, curador del museo quien me comentó que México les donó una copia de la carpeta del proyecto Estampas de Independencia y Revolución de 2010, en la cual se incluye mi serigrafía YO NO CELEBRO NI CONMEMORI GUERRAS, por lo que me recibió como si fuera de casa. Además tiene un gran interés en el arte mexicano ya que su colección incluye obras de Frida Kahlo, María Izquierdo y Diego Rivera y afuera, en los jardines, hay una escultura de Sebastián, quien organizó el Salón 77-78 Nuevas Tendencias, en donde se presentó por primera vez El Tendedero.

Me mostraron el espacio y los planos de la construcción para El Tendedero, que fue muy interesante ya que lo hicieron un poco como laberinto, como biombos, para que hubiera espacios recovecos privados en los que la gente se sintiera cómoda compartiendo sus historias personales.

Esos días también sirvieron para que Akane Miki y yo nos fuéramos a buscar los materiales para la producción de El Tendedero y de pasadita me fue orientando en la ciudad.

Generalmente cuando facilito un taller para hacer un Tendedero empiezo por una conferencia abierta para el público en general con el objetivo de que quienes no están muy seguro/as/es de participar vean si les interesa. Es una parte integral del proceso. Posteriormente doy el taller y quienes participan en éste definen las preguntas de el nuevo Tendedero y los lugares a donde se irá a reunir respuestas. Si la pieza se organiza en un museo, sus propios servicios educativos se encargan de convocar a quienes participan en la conferencia y el taller. En caso de universidades y de grupos independientes de artistas, ellas mismas tienen las redes para hacerlo. En el caso de una Trienal, que se organiza sólo para una ocasión, lo que se planteó fue trabajar en colaboración con la Universidad de Nagoya, máxime que tiene un departamento de estudios de género.

La velada, el 24 de junio en la Universidad de Nagoya resultó maravillosa. El público era nutrido, incluyendo queridos amigos como Seiji Shimoda, artista de performance a quien le debemos el festival internacional de performance Nipaf, en el que Víctor Lerma y yo participamos en 2002.

Ahí conocí a Yoshiko Shimada, artista feminista japonesa de mi generación cuya obra me pareció contundente. Entre otras cosas, ella realiza un performance que se llama Becoming a statue of a Japanese comfort woman (2012), en la que se sienta en una silla junto a otra vacía, aludiendo a la escultura Statue of a Girl of Peace de los artistas Kim Seo-kyung y Kim Eun-sung sobre las mujeres que padecieron esclavitud sexual por del Gobierno Imperial Japonés durante la II Guerra Mundial y que fue central en todos los problemas que se desataron posteriormente en la trienal.

Foto Momo Ikemoto

En el panel participamos la Doctora Chikako Nagayama (especialista en género) la artista Yoshiko Shimada, la Doctora Ma Ran (especialista en cine) y Daisuke Tsuda, el director artístico de la Trienal. Una de las cosas que se mencionó es que en esta trienal había paridad de género, lo cuál yo no había notado, pero me pareció un gran logro.

Mónica Mayer    Marzo 2021    Excepto en donde está especificado, las fotos son de Mónica Mayer y los documentos del Archivo Pinto mi Raya

Foto Samantha Mccain Veach

Nunca dejan de asombrarme las distintas formas en las que cada comunidad se apropia de El Tendedero. En este caso, el Tendedero de Indiana, que en teoría termina a finales del 2020, ha sido retomado por un grupo de mujeres para ser usado como herramienta para reunir respuestas sobre acoso sexual en su estado, presentarlas ante su congreso y exigir cambios legislativos. He acompañado el proceso desde que se inició, pero quienes me convocaron a hacerlo ya tenían muy claro para qué y cómo lo querían.

En junio de 2018 recibí un correo de Melani Douglass del National Museum of Women Artists en donde hice un Tendedero en 2017 diciéndome que Ann Stack se había puesto en contacto con ellas porque querían hacerlo y que si le podía pasar mis datos. Naturalmente acepté y al poco tiempo recibí un cálido correo de Ann diciéndome que había leído del proyecto en la revista del museo y quería llevarlo a Indianápolis. Ella es miembro activo de una organización apartidista, comunitaria y colaborativa llamada Women4Change Indiana y ya se había puesto en contacto con Preston Bautista, Director interino de programas públicos del IMOCA, el Harrison Center y otros grupos para invitarles a participar.

Fotos Samantha Mccain Veach

A partir de nuestras primeras comunicaciones, decidieron que querían hacer un Tendedero piloto para comprender su funcionamiento. Esta primera activación se llevó a cabo el 2 de noviembre del 2018 en el Harrison Center.

En las palabras de Joanna Taft, directora ejecutiva del centro: "Fue una noche sorprendente. Una de las participantes comentó que había sido la exposición a la vez más silenciosa y más estruendosa en el Harrison Center. Las personas se acercaban al espacio de manera reverente y solemne. Muchas se limpiaban las lágrimas de los ojos. Se abrazaban. Reflexionaban. Se escribía constantemente. Usamos el cuarto de 5000 pies cuadrados para que la gente pudiera transitar a través de la exposición lentamente y pensar." Aquí encuentran la documentación fotográfica completa de esa noche. La realizó Samantha Mccain Veach. 

Foto Samantha Mccain Veach

Conservaron las papeletas y el resto de los materiales para seguirlos utilizando.

Las semanas subsecuentes mantuvimos una nutrida correspondencia y alguna conversación por Skype, planteando objetivos, estrategias y problemas prácticos y poco a poco se conformó el proyecto. En agosto me pusieron en contacto con Lindsay Hamman, directora de Programas Públicos y con Bryn Jackson, asistente curatorial de Performance y Experiencias Públicas, ambos del Indianapolis Museum of Art y con las organizaciones empezamos a trabajar sobre una larga lista de temas que se podrían abordar en El Tendedero. Al final decidieron centrarse en la violencia sexual para tratar de cambiar la ley en cuanto a lo que significa el consentimiento.

El martes 29 de octubre de 2019 viajé a Indianápolis para dar una conferencia e impartir 2 talleres entre las personas que estarían encargándose de replicar El Tendedero a lo largo del estado de Indiana. Se llevaron a cabo el 29 y 30. Fue de esos viajes intensos y compactos que han caracterizado a las activaciones de esta pieza.

Todo hubiera salido a la perfección, pero el miércoles en la tarde, después de que me dieron una visita guiada al museo y fuimos a comer, regresé al hotel a descansar un poco antes de mi conferencia y me puse malísima de la panza, por lo que se tuvo que cambiar para el viernes.

Los talleres se llevaron a cabo sin contratiempos y fue interesante porque generalmente quienes participan en ellos son artistas y activistas que trabajan con temas de violencia sexual, lo que implica que ya hay una reflexión previa sobre el tema y, casi siempre, una gran apertura para hablar de sus experiencias personales. En este caso eran principalmente curadores y funcionarios de instituciones museísticas y sociales, por lo que el ambiente era más formal. Creo, sin embargo, que a fin de cuentas, logré el objetivo de que asumieran el problema como propio y fortalecieran su trabajo en red.

 Fotos Mónica Mayer

El viernes fue un día muy, muy largo, como suele suceder con los Tendederos. Después de toda la mañana de taller, llegó la fotógrafa que está documentando todo el proceso para la exposición final e hicimos una sesión. Traté de ser tan profesional como pude, pero me da por payasear porque así como disfruto hablar en público, desteto posar para la foto.

En la noche por fin fue la conferencia, antes de la cuál me tocó dar un par de entrevistas. Por sus objetivos, este Tendedero requiere una gran difusión. Lo extraño es que me preguntaban sobre cuestiones políticas locales y, obviamente, es algo sobre lo que no hay manera de responder más que con generalidades.

Empezamos la velada con un grupo de jóvenes con una bellísima puesta en escena de un poema de Audre Lorde y después fue mi turno. Había una buena concurrencia, pero sin duda fueron menos de los que hubiéramos reunido de hacer la conferencia el miércoles, como estaba planeado originalmente.

Una cosa que me encantó fue que afuera de la sala de conferencia instalaron un pequeño Tendedero desarmable, con todo y su bolsa para empacar todo. Está diseñado para caber en cualquier carro. Yo fascinada.

Fotos Mónica Mayer

Para el final de la conferencia, este Tendedero casi se había llenado.

Les dejo un par de respuestas.

 Y la historia continúa...

Durante varios meses el excelente equipo que coordinó El Tendedero logró llegar a todos los rincones físicos y virtuales del estado de Indiana y terminaron con un magno evento el 5 de marzo, unos cuantos días antes de que se nos viniera encima la pandemia del coronavirus. A ese evento no tenía planeado asistir, pero lo estuve siguiendo de cerca en redes.

Aquí la invitación que hacían para participar:

Women4Change

11 de febrero a las 11:12 ·
On March 5th, Women4Change will take the voices of women who have been sexually assaulted or have witnessed sexual assault to the Indiana Statehouse to create awareness among lawmakers of the extent of the problem. The goal of El Tendedero/The Clothesline is to create conversations that lead to legislation and a cultural shift that eliminates sexual assault and harassment in Indiana.

Clotheslines will be put up in the South Atrium and completed postcards with the stories of women from all over Indiana will be displayed for two weeks after the event. If you would like to share your story and fill out a postcard to be hung on a clothesline at the Statehouse, click the link below. All responses will be anonymous.

Aquí encuentran una amplia descripción del evento en general y todas las actividades que llevaron a cabo en particular. Es realmente impactante. 

A todas luces, el proyecto fue espléndido. Ojalá logren los resultados que buscan en términos legislativos.

Como comenté, se supone que el proyecto cierra en noviembre, con la presentación de toda la documentación en el museo y algunas conferencias. Yo no sé se hará y si se lleva a cabo, no sé si iré. En estos tiempos de coronavirus, todo está suspendido en el aire. 

Hace décadas, cuando estudiaba en la Academia de San Carlos (alias ENAP, hoy FAD), tuve a Sebastián como maestro y con él aprendí cómo gestionar una exposición, incluyendo la importancia de contar con un catálogo que diera cuenta de lo que había sucedido. Desafortunadamente, no siempre he logrado ese objetivo, aunque he procurado dejar registro de muestras o eventos aunque sea a través de cataloguitos hechos con fotocopias y más recientemente de blogs. Por lo mismo, el hecho de que de el proyecto de El Tendedero de Portland sacaran dos catálogos, me hace inmensamente feliz.

El primero es el de la colaboración que llevamos a cabo entre KSMoCA, lxs estudiantes del a escuela Dr. Martin Luther King Jr. Y yo en el que a partir de una conferencia y un taller, lxs estudiantes hicieron una serie de dibujos sobre los abrazos que habían sido importantes para ellos. Posteriormente todos estos dibujos se presentaron a manera de Tendedero, junto con documentación de activaciones anteriores de la pieza. Algunos de los dibujos de abrazos son profundamente conmovedores. Échenles un ojito aquí.

El segundo catálogo refiere el resto de las actividades de esta visita, incluyendo pláticas y la exposición en la Paragon Gallery. Todo lo que sucedió lo pueden ver también en mi entrada de este blog aquí. https://www.pintomiraya.com/redes/archivo-pmr/el-tendedero/item/320-los-tendederos-de-portland.html El catálogo cuenta con textos de Christine Weber y de Alberto McKelligan Hernández. Y el catálogo lo encuentran aquí.

Cabe mencionar que ambos catálogos son bilingües.

Mónica Mayer, 2020

Hay Tendederos que me conmueven hasta las lágrimas y este es uno de ellos.

A mediados de agosto de 2019, me escribió mi admirada colega Larisa Escobedo para decirme que su hermana Isadora, que está al frente del Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates en Cuernavaca, ella y otras colegas de Morelos estaban interesadas en que hiciera un Tendedero por aquellos rumbos para posteriormente exponerse en un pequeño espacio que tienen ahí para arte de mujeres, arte feminista y arte que trate sobre género y transgénero. Me explicó que querían hacerlo porque hace algunos meses habían asesinado a una niña en la colonia en donde está el centro cultural y, además, Morelos es uno de los estados con índices altos de feminicidio, desapariciones de mujeres y otros tipos de violencia de género. 

Le expliqué que lo ideal era organizar un taller con otras artistas y activistas para definir las preguntas de acuerdo al contexto y decidimos que lo más sencillo sería reunirnos por Skype para hacerlo, que ellas echaran a andar el Tendedero y yo asistiría a la clausura del evento para dar una conferencia.  

Pusimos manos a la obra y nos reunimos por Skype con Denisse Buendía, Isadora Escobedo, Xochiquetzal Salazar y Larisa para definir las preguntas, que sin duda fueron las más duras que hemos tenido en El Tendedero. Los tiempos cambian… para mal.

Las preguntas fueron:

¿Conoces a alguna mujer que haya sido desaparecida o asesinada?

Te han agredido físicamente por ser mujer?

¿De qué manera?

¿Tu agresor forma parte de tu círculo cercano?

¿Se lo dijiste a alguien?

¿Te sientes segura en el lugar en el que vives? (escribe tu colonia / municipio)

 ¿Tu cuerpo está seguro?

¿Cómo te sientes cuando una mujer o una niña es violada, golpeada, desaparece o es asesinada?

¿Te han agredido físicamente por ser mujer?

¿De qué manera? ¿Conoces a alguna mujer que haya sido desaparecida o asesinada?

¿Qué haces para prevenir una agresión?

¿Tienes alguna red de apoyo?

¿Qué deberían hacer las autoridades para detener los feminicidios de niñas y mujeres?

Armadas con estas preguntas, que buscan tanto respuestas como hacer reflexionar a quién las lee, se salieron a distintos lugares públicos a invitar a las mujeres a participar. Las respuestas son escalofriantes.

Los lugares a los que fueron son el Mercado de la Carolina, el Panteón de la Leona en la Caronlina, el Centro de Educación Ambiental e Investigación Sierra de Huautla (Ceamish) y el Centro Interdisciplinario de Investigación en Humanidades (CIIHu) de la UAEM.

Al final, colocaron las repuestas en la Galería La Chocolata del Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates. El proyecto fue parte de las Jornadas Contra la Violencia Feminicida.

El jueves 26 de septiembre se inauguró la muestra de El Tendedero y el público pudo participar hasta el día de la clausura el sábado 26 de octubre, cuando asistí a dar la conferencia de clausura.

Aquí les dejo algunas de las respuestas.

Ojalá algún día termine la pesadilla.

 Mónica Mayer 
Febrero 2020