La tercera parada de El tour es en el texto de mi autoría Las nuevas majas que se encuentra en el compendio Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales en la quincena del 16 al 31 de mayo de 1993. Se publicó en la sección cultural de El Universal el último día del mes.
Mostrar este documento tiene una triple función. En primer lugar me permite hablar de mi quehacer periodístico. Durante 20 años tuve el placer de escribir semanalmente en dicho diario, centrándome en el tema de las mujeres artistas, el performance y las broncas culturales. No me considero crítica de arte, sino artista que escribe.
Por otro lado, seleccionar un texto de Raya abre la puerta para contarles a los visitantes sobre lo que se conoce como “el archivo” de Pinto mi Raya y que es la compilación de todos los textos de opinión sobre artes visuales que hemos venido haciendo desde 1991 y que hoy incluye más de 40,000 artículos.
Por último, este texto me permite recordar la exposición curada por María Guerra (1957-1999), la importante curadora que ayudó a cimentar el arte contemporáneo mexicano en los noventa, dando pie a la discusión sobre el arte “de mujeres”, “femenino”, “de género” y “feminista”, así como al polémico tema de las exposiciones de mujeres artistas. Las nuevas majas mostró el trabajo de un grupo de quince artistas jóvenes en ese momento: Laura Anderson, Ursula Bieman, Fernnda Brunet, Ana Casas Broda, Consuelo Castañeda, Ximena Cuevas, Yolanca Gutiérrez, Quisqueya Henríquez, Hana Iversonj, Anette Kuhn, Gabriela López Portillo, Pilar Rodríguez, Dania de Sol, Sofía Taboas y Lorena Wolffer.
Este documento se encuentra en un librero enorme y dificilísimo de mover de 2.5 x 2 mt en el que están los 4 metros lineales que abarca Raya, así como una enciclopedia de mi abuelo de principios del siglo pasado que conservo por nostalgia aunque los datos hoy sean completamente anacrónicos, los diarios de viaje de mi tía Beatrice que conservé cuando ella murió, diccionarios y una extrañísima enciclopedia EVA que muestra paso a paso como ser una buena mujer que guardo porque pienso que es un documento tan, pero tan extraño, que seguramente algún día haré un performance con ella.
En este primer tour también coloqué en la mesita tres regalos: una tarjeta de El Partenón de Marta Minujín que me regaló Víctor hace unos meses que fuimos a Argentina, un cómic de Wonder Woman que me regaló Víctor Sulzer en algún cumpleaños, el fanzine que me entregaron las chavas de la colectiva Rosa Chillante el día que me visitaron y una chistosísima tarjeta postal de una mujer con el sobaco peludo que me regalaron Yuruen y Brenda. Esta parada me da la oportunidad de hablar de la situación actual de las mujeres artistas, que por desgracia no es muy diferente a la que vivíamos hace treinta años, pero también me permite referirme al trabajo de las artistas feministas más jóvenes que tanto me gusta, que muchas veces me sorprende y, afortunadamente, a veces hasta me escandaliza. Me encanta que mis jóvenes colegas estén están haciendo que vea al mundo de otra manera.
Mónica Mayer, 2014.
