Viernes, 25 Marzo 2011 00:00

Una expo y una cena

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¡Qué semanitas! El miércoles de la semana pasada inauguramos la exposición Mujeres ¿Y qué más? Reactivando el archivo de Ana Victoria Jiménez en la Universidad Iberoamericana. Además de mostrar el archivo de Ana Victoria, que incluye tanto las fotografías que ella empezó a tomar desde inicios del movimiento feminista y documentos como carteles (tiene una colección de cerca de 300 carteles feministas, incluyendo algunos

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1.- Cámara de diputados, manifestación en pro del aborto libre y gratuito (1977). 2.- Auditorio Nacional, manifestación en contra de Miss Universo (1977). 3.- Hacia el Monumento a la Madre, manifestación en pro de la maternidad voluntaria (1979).

con diseños de artistas como Leonora Carrington, Fanny Rabel, Andrea Gómez, Siqueiros, Francisco Mora y hasta Felipe Ehrenberg), tanto el Taller Permanente de Arte y Género que yo facilito como las alumnas de Historia del Arte de Karen Cordero en la Ibero realizaron una serie de obras y/o dispositivos museográficos para reactivar el archivo. De hecho, el que todas ellas estén trabajando con estos materiales constituye en sí misma la principal reactivación del archivo. No es suficiente exponer los materiales, hay que tratar de que tengan sentido hoy.

Una cosa que me gusta mucho de la selección final que se hizo de los materiales del archivo AVJ es que muestra el interés que siempre tuvo Ana Victoria por documentar la fuerte veta de producción artística del movimiento feminista. Creo que ni siquiera yo que estuve presente en tantos de esas manifestaciones y eventos la había visto tan claramente hasta ahora. Además de guardar documentos del trabajo de los tres grupos de arte feminista ochenteros (Polvo de Gallina Negra, Tlacuilas y Retrateras y Bio-Arte), en las manifestaciones documentaba todo el trabajo cultural presente: teatro, performance, intervenciones artísticas de toda índole. Al verlo me pregunto porqué nunca ha sido registrado por la historia oficial del arte mexicano y ha permanecido invisible a diferencia, por ejemplo, del trabajo de grupos como Mira y Germinal. ¿Será que siempre recitamos la misma historia y ni siquiera las feministas nos hemos atrevido a cuestionarla? ¿Será que ese tipo de trabajo estaba más interesado en lo político que en conseguir su legitimación en el medio artístico? ¿Será que toda esta historia sigue guardadita en los archivos?

También me gusta mucho el diálogo que entablaron las nuevas generaciones de artistas feministas con el archivo. Después de la Ibero la expo se va al Claustro de Sor Juana y posteriormente, para finales de agosto a Xalapa, lo que me recuerda que tengo que ponerme a escribir mi texto para el libro/catálogo de la exposición.

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Cartel setentero de Ana Luisa Barreto del Archivo Ana Victoria Jiménez y De boca en boca y pieza interactiva de Adriana Calatayud, Adriana Raggi y Bruno Bresani del Taller Permanente de Arte y Género a partir del análisis del cartel.

Y por si fuera poca la chamba de la expo, El Banquete de TetlapaMUAC, la cena/acción fue antier para provechar que iba a estar aquí unos días James Oles y pues había que coordinar todo.

Todos los invitados aceptaron participar en la cena/acción de buena gana: Karen Cordero (quien además de ser amiga cercana y miembro de Curare desde un principio, trabajó con él en la expo de Abraham Ángel), Enrique Serrano (amigo de toda la vida y encargado de editar novela póstuma), Patricia Sloane (amiga y cómplice de Olivier de toda la vida), James Oles (copartícipe en diversos proyectos y su pareja durante muchos años), Antonio Saborit (amigo de Olivier de años, participante al igual que Jay y Cuauhtémoc en Un Banquete en Tetlapayac y origen de los materiales sobre Tina Modotti que se encuentran en el archivo Debroise), Ángeles Toledo (amiga con quien Olivier compartió la época en la que el joven crítico entabla su importantísima relación con Lola Álvarez Bravo), Pilar García (quien además de dirigir Arkheia, trabajó con él en diversas curadurías, CURARE, etc.), Cuauhtémoc Medina (amigo, participante en Un Banquete en Tetlapayac y muchas otras cosas), Rafael Ortega (amigo de Debroise y director de imagen de Un Banquete) y Sol Henaro (curadora que conoció poco a Olivier, pero especialista en arte y archivos a quien invité para equilibrar un poco la cena y tratar de encausarla hacia la discusión sobre el archivo y no la remembranza sentimental.

La cena se llevó a cabo en El Hotelito de Miguel Legaria y Cuca Valero. No sólo está ahí mismo el departamento en el que vivió y murió Olivier, sino que ellos, además de ser sus amigos, hicieron el catering en Un Banquete en Tetlapayac. Era el lugar perfecto y me sentí como en uno de esos libros infantiles que le das la vuelta a la hoja y brincan en tercera dimensión. Pasé de lo plano del archivo de documentos a la calidez del testimonio y/o reactuación (reenactment). Nos sirvieron lo mismo que cenaron Eisenstein y sus invitados durante el rodaje de ¡Qué Viva México! y también los invitados de Debroise en Un Banquete en Tetlapayac: gusanos de maguey, guacamole, chiles rellenos, escamoles y pastel. Desafortunadamente no lo pude disfrutar de lleno por estar en la chamba.

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  Ángeles Toledo a punto de ser entrevistada                                     La Cena

Aprovechamos el momento antes de la cena para entrevistar a algunos de los que iban llegando para las grabaciones que vamos a incluir en cada núcleo. Yo espero que estas entrevistas le puedan dar calidez a la expo y un sentido más profundo a los documentos. No sé ni cómo quedaron porque yo estaba nerviosísima puesto que la mayoría de los invitados eran muy cercanos a Olivier y regresar a esa casa, algunos por primera vez desde que falleció, podía acabar en una reunión triste.

Además me sentía que tanto Víctor como yo estábamos de espías (bueno, él con disfraz y toda la cosa, asumiendo el papel del personaje que actúa de espía en la película de Olivier y que en efecto espiaba a Eisenstein) porque ninguno de los dos fuimos amigos de Debroise. Y, he de confesar, un par de invitados me intimida un poco.

La cena salió muy bien. Se habló del archivo, de las formas de investigar de Olivier, de su afán por archivar incluso cosas tan íntimas como el relato de sus propios sueños eróticos con otros colegas. Compartieron anécdotas de su infancia en relación a su novela Traidor ¿y tu? y otras de su juventud cuando conoce a Lola. Creo que resultó en un buen retrato de Olivier, pero también ese sector del sistema artístico mexicano. Ahora habrá que editarlo.

Esta parte del proyecto me interesa particularmente porque es mi propuesta personal de obra hecha a partir del material de un archivo y se une a una larga serie de "conferencias performanceadas" que he dado de manera individual a lo largo de los años, como La Silla (The Anglo, 1998) y Invisibilidad (MAM, 2001) o las que hemos hecho en Pinto mi Raya a lo largo de los años, como Ruedo/Rueda de Prensa (MAM, 1999) o El Mejor Amigo de los Museos (1997, Ex Teresa). En este caso la forma de cena salió a partir de la investigación misma y de seleccionar Un Banquete en Tetlapayac como núcleo de la exposición y jugar con todos los rollos no sólo de reactuación sino casi de repertorio. Además espero que sea un dispositivo útil en la exposición.

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Invisibilidad Foto: Víctor Lerma                                 La Silla Foto: Mónica Naranjo 

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                       Ruedo/Rueda de Prensa                                   El Mejor Amigo de los Museos

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